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Paseo de Poniente

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Cuenta con una completa oferta de servicios y equipamientos de ocio, como plataformas flotantes, biblioplayas, juegos infantiles, juegos lúdicos-deportivos, zonas de sombra para la lectura o el servicio de playas accesibles, que facilitan el acceso y disfrute para personas de movilidad reducida.

El nuevo paseo de Poniente, obra de los arquitectos Carlos Ferrater y Xavier Martí Galí y el Estudio OAB de Barcelona, es un nuevo lugar de transición entre la ciudad construida y el espacio natural del mar y la playa.

Este paseo marítimo no se entiende como frontera-borde, sino como espacio intermedio que permeabiliza esta transición.

El pavimento cerámico está diseñado desde dos consideraciones: la primera es el reconocimiento de la herencia cultural de la cerámica árabe, muy consolidada en la zona del Levante. La segunda es el color. Benidorm es una ciudad de ocio, y este pavimento define un espacio lúdico pensado para que el paseante disfrute de este lugar que conecta la ciudad con la playa.

El diseño de este paseo, inaugurado en 2009, ha sido merecedor de varios premios como el del Museo de Arquitectura y Diseño de Chicago, el ASCER o el Premio FAD de 2010.

Continuando por este paseo, se llega hasta la zona denominada “La Cala”, en la Playa de Poniente, es quizá la playa menos conocida porque su explotación turística ha sido menor que la de Levante. Es una zona más residencial y eso se nota no sólo en la densidad urbanística, sino por el tipo de establecimientos hosteleros y el comercio.

En los años 50 era una playa virgen delimitada por la carretera nacional dirección Alicante desde donde se tenía la perspectiva del pequeño pueblo sobre las rocas de Canfali.

Al final de la Playa de Poniente se encuentra El Tossal de la Cala, donde tuvo lugar uno de los primeros asentamientos humanos de la zona.

Este cerro, cuya cima alcanza unos 100 metros, protege la cala de los vientos de norte y levante. En él se encuentra un yacimiento arqueológico que fue incoado como Bien de Interés Cultura (BIC) en septiembre de 1984.

Las excavaciones realizadas en los años 40 y en 1965 dieron a conocer un conjunto de materiales arqueológicos datados entre los siglos II y I a.C.

Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en 2013, revelan que fue un asentamiento romano ocupado por los ejércitos de Quinto Sertorio durante las Guerras Sertorianas.

La muralla discurre aproximadamente por la cota 91, creando un pequeño recinto fortificado en la cima de una media hectárea de extensión. A pesar de presentar sólo un metro de grosor cerraba el recinto de forma muy eficaz, dada la inclinada pendiente de la vertiente, la única accesible, pues la meridional es un acantilado que cae directamente sobre el mar.

La muralla, las diferentes estancias y los materiales encontrados, demuestran una presencia de soldados romanos y confirman, sin lugar a dudas, que el Tossal de la Cala fue un fortín o castellum mandado construir por el general Sertorio dentro de un plan de fortificación de la costa norte alicantina, probablemente en torno al año 77 a. C.

El Tossal de la Cala formaba parte de una cadena romana de enclaves militares costeros ubicados en las dos comarcas de la Marina, todos situados sobre acantilados y calas de difícil acceso, que cumplían un papel fundamental controlando el trasiego de navíos amigos o enemigos en las hostilidades navales de la guerra.

El contingente militar del acuartelamiento del Tossal de la Cala de Benidorm recibía el avituallamiento de los poblados indígenas ubicados en el interior en los que Sertorio siempre buscó apoyo para poder dar respuesta bélica a sus poderosos enemigos enviados por Roma, siendo probable que los iberos de la comarca vivieran en el enclave integrados en el propio ejército.

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