El cementerio de Ballena es uno de los ejemplos más notables de la arquitectura funera-ria española, y representa un modélico ejemplo de actuación urbanizadora. Reúne un con-junto de monumentos funerarios de excepcional calidad y en diferentes estilos, como el neoclásico, ecléctico, neomedieval, modernista, gótico, art decó, etc. Hoy en día forma parte del patrimonio de la ciudad de Castro-Urdiales y está declarado como Bien de Inte-rés Cultural con la categoría de Monumento.
La ubicación del cementerio es espectacular, se trata de un enclave elevado sobre el mar, como una pequeña península, dotado de las mejores condiciones de salubridad para que estuviera “bien ventilado” y no pudiera dañar “la salud pública”, en palabras de la época. Se accede por una portada un tanto monumental, concebida como espacio de transición entre el mundo de los vivos y de los muertos.
La planta del cementerio, inaugurado en 1893, es de inspiración neoclásica y se ordena en amplias avenidas paralelas que van descendiendo hasta el mar. Fue proyectado por Joa-quín Rucoba y Octavio de Toledo, y construido por el arquitecto Alfredo de la Escalera. Tiene una gran relevancia desde el punto de vista urbanístico. Las zonas verdes se alter-nan con mausoleos, túmulos y panteones neogóticos, modernistas o neoclásicos muy de-corativos, estilos propios de finales del siglo XIX y principios del XX. Destaca el panteón de la familia del Sel que está custodiado por un impresionante ángel de bronce y cuatro hal-cones encapuchados.