Las neuronas ganglionares de la retina son las encargadas de enviar el mensaje visual del ojo al cerebro, a través de prolongaciones que se llaman axones. El conjunto de esos axones forma el nervio óptico.
Las ballenas tienen muy pocas neuronas de este tipo y por eso pensamos que la resolución de su visión es muy baja. El tamaño de alguna de estas neuronas es hasta tres veces más grande que las de los humanos, pero tienen que mandar el mensaje casi 100 veces más lejos, varios metros.
En la pared hay una caja de luz o transiluminador de 2 metros x 2 metros, con una fotografía de una de estas neuronas gigantes de 100 micrómetros de diámetro y los axones a forma de rosario en la base que también son muy gruesos.
La fotografía fue seleccionada por la Fundación de Ciencia y Tecnología FECYT en el concurso FOTOCIENCIA 2022.
En uno de los cuadros se muestran estas mismas células de color rojo con el marcador tioflavina. Se trata de una neurona que ha acumulado sustancias de desecho por su alto metabolismo. Este acúmulo de sustancias nocivas nos recuerda a las células afectadas en la enfermedad de Alzheimer.
La ceguera por glaucoma se produce por la muerte de estas neuronas.