La creación de escuelas en los núcleos rurales se convirtió en una necesidad a comienzos del siglo XX. La orografía, con caseríos agrupados en pequeñas barriadas, impedía a la población infantil el poder asistir a las escuelas de los centros de población. La necesidad de enseñar en la lengua materna, el desarrollo del pensamiento escolar, la conciencia cada vez más clara y exigente en materia cultural, y el relativo desarrollo del país a estas alturas del siglo XX motivaron su creación.

En su construcción tomó parte directa y activa la población, en la costumbre popular de “auzolan”, el trabajo en comunidad. Concebidas como escuela vasca, sufrieron cambios en su orientación por las políticas ejercidas según el momento, como la inutilización de textos euskericos o la aplicación del laicismo escolar. Pero siguieron teniendo personalidad junto con una peculiar arquitectura adaptada al paisaje del entorno y gran adhesión popular. La edad escolar estaba comprendida entre los 5 y los 14 años.
Fueron las Escuelas de barriada una puerta al mundo para los núcleos rurales, con la instauración de la educación bilingüe. En 1921 ya funcionaban las 2 primeras. En 1925 eran 77, y en 1929 las 100 escuelas previstas en el Plan de la Diputación, con un censo escolar de más de 5.000 alumnos y alumnas. Escuelas por toda Bizkaia, en pueblos o barriadas que debían de reunir unas condiciones: ser más de 10 personas en el vecindario, a más de 1 kilometro de la escuela más próxima, y proporcionar un local adecuado. El Ayuntamiento se hacía cargo del terreno y del edificio, y la Diputación costeaba el material de enseñanza así como el sostenimiento de maestros y maestras, quienes en principio debían conocer la lengua materna del alumnado, el euskara. Se dio importancia a la preparación del profesorado, y a las mujeres docentes.
Se redujo el analfabetismo, se llegó donde no llegaba la enseñanza estandarizada, y con ello la normalización, la apertura de las barriadas a un mundo de relaciones humanas, sociales y culturales. Fueron escuelas generadoras de cultura y civismo.
En la década de 1920 a 1930 se contabilizaron 119 escuelas. Con la segunda República se dispusieron 25 escuelas más y para 1936 se llegó a contabilizar 6.321 alumnos y alumnas así como 162 maestros y maestras.
Con el Golpe de Estado de 1936, el estallido de la Guerra civil y en 1937 el exilio del Gobierno Vasco llegó el cambio también en el modelo educativo y posteriormente fueron decayendo. Se les fue dando otras utilidades, y en muchos casos socioculturales o educativas, como ésta del barrio Urezarantza, Escuela infantil o Haur Eskola en la actualidad.
