Ir de tapeo, una de las actividades gastronómicas madrileñas favoritas, consiste en recorrer bares y tabernas degustando pequeñas porciones de especialidades culinarias, frías o calientes, acompañadas de cerveza, vino, refrescos o vermú. Las hermanas mayores de las tapas son las raciones. Dicen que su origen está en una rebanada de pan que se ponía sobre el vaso de vino para taparlo. En Madrid es muy frecuente comer o cenar de tapas en alguno de los múltiples restaurantes, bares o tascas de la ciudad. Patatas bravas, tortilla española, gambas al ajillo, huevos estrellados o croquetas son algunas de las múltiples tapas para saborear. Se pueden tomar en toda la ciudad, pero las zonas más típicas son los alrededores de la Plaza de Santa Ana, la Plaza Mayor, la Cava Baja y la Cava Alta y el barrio de Lavapiés.