Se alza en lo alto del cabo Billao, o Villano, en la costa del municipio de Gorliz, desde donde se pueden observar los acantilados y la inmensidad del mar.

Se construyó en 1990, y es uno de los iconos de Gorliz. Su luz ha ayudado a que muchos barcos no encallen durante la noche o debido a condiciones meteorológicas adversas.
Es el faro más alto de Euskadi. Se encuentra a 165 metros de altitud sobre el nivel del mar. El cuerpo está compuesto por dos torres blancas de hormigón, una cilíndrica y la otra octogonal, de 21 metros de altura que están adosadas. El color blanco recuerda a los edificios tradicionales de los pueblos vascos costeros. La torre está coronada por una linterna de vidrio con varillas metálicas que le da aspecto vanguardista y de estética no tradicional.
Generalmente los faros reciben el nombre del cabo en el que geográficamente están situados. En este caso concreto resultó que ya existía anteriormente otro cabo Villano, en Galicia, que da nombre al faro construido en él. Ese es el motivo por el que no podía haber otro faro del mismo nombre y por ello éste lleva el nombre de la localidad en la que se encuentra, Gorliz.
Este hecho ha favorecido a Gorliz ya que enclava el nombre del municipio en el mapa de los faros.
En el año 2007 Correos sacó una edición especial con una tirada de sellos con el Faro de Gorliz.
El Faro se encuentra en un balcón con vistas de 180 grados al mar.
En la década de los años 40 del siglo XX el régimen franquista construyó bunkers y puestos de tiro en una línea de defensa costera, ante el temor a un posible ataque aliado, que nunca se produjo. De tal batería de costa se conservan, muy cerca del Faro, las galerías y un cañón.
