La estrella que podemos conocer con mayor detalle, dada su cercanía, es el Sol. Aunque no se ha podido observar directamente su interior, las leyes físicas nos ayudan a entender qué es lo que sucede ahí dentro.
El objetivo de la creación sonora que va a escuchar es ayudar a visualizar el funcionamiento de las principales capas solares.
Capa 1 - El núcleo
Estamos en el corazón del Sol, donde nace la energía. Es un lugar con temperaturas que rondan los 15 millones de grados Kelvin, donde las partículas de gas chocan entre sí a velocidades increíblemente rápidas.
El sonido que escuchamos representa los millones de choques e interacciones de estas partículas. Cada clic es la representación de un proceso atómico que está produciendo luz y energía.
Capa 2 - Zona radiativa.
Es una zona compuesta por plasma de una enorme densidad, donde la energía del núcleo se transmite por radiación hacia la superficie.
El sonido que escuchamos representa el proceso en el que los fotones, o partículas de luz, llevan la energía del núcleo hacia la superficie. Es similar a la forma en que el calor se irradia desde una estufa o una hoguera.
Capa 3 - Zona convectiva.
En esta región, la energía se mueve de forma similar a cuando calentamos una olla con agua: al calentarse el líquido en la parte inferior, crea una corriente ascendente hacia arriba, mientras que el líquido de la superficie, menos caliente, desciende hacia la base en un proceso cíclico, burbujeante y lleno de turbulencias que se denomina convección.
Capa 4 - Fotosfera.
Hemos llegado a la superficie visible del Sol. En apariencia es como un océano de gas brillante en constante movimiento y lleno de turbulencias, en el que puede haber mucha actividad magnética, que provoca que enormes llamaradas de gas salgan disparadas y vuelvan a caer a la superficie. Cuando esta actividad se hace más intensa, producen lo que se conoce como Tormentas Solares.
Finalmente, tras salir a la superficie, la energía atraviesa las últimas capas solares, la cromosfera y la corona, y viaja hasta la Tierra ofreciendo luz y calor. Todo ello en un proceso increíblemente largo y lento, para hacernos una idea, se calcula que la energía generada en el interior del núcleo puede tardar un millón de años en alcanzar la superficie solar, aunque una vez ahí, cada fotón tarda poco más de 8 minutos en llegar a la Tierra.
Este proyecto ha sido realizado por AstroTáctil, con la colaboración del Instituto de Estudios Astrofísicos de la Universidad Diego Portales y el Museo Interactivo Mirador en Chile.